El día que aprendí…

Cuando eres niño no sabes muchas cosas, y con el tiempo vas aprendiendo, todos los días son una aventura por que casi diario aprendes algo nuevo; y conforme va pasando el tiempo vas dejando de lado esa curiosidad y te llegas a creer que lo sabes todo.

Esa actitud de: “Ya todo lo se” es la que lleve cierto día a mi reunión, el tema del día “Como orar”, ¿Cómo orar? ¡Pero si yo ya se rezar! Es fácil juntas tus manos y comienzas a decir Padre nuestro… ¿No? Pues a lo mejor es tomar el rosario y… bueno eso es rezar, como me enseñaron en mi última reunión Rezar es repetir una oración ya escrita por alguien, orar… Orar se hace con el corazón.

Cuando hablas con los amigos, practicas en ciertos puntos oratoria, dices oraciones con las que construyes frases y te comunicas con ellos, si Dios es un amigo entonces debemos hablarle de la misma forma, bueno al menos eso entendí, según me voy dando cuenta es hablarle como a cualquier persona y esperar que nos responda como lo haría cualquier persona, es dar gracias… es decirle cosas que el ya sabe por que nos conoce a la perfección; y cuando las palabras no son suficientes, lo único que nos queda es guardar silencio, los mejores amigos son aquellos que pueden descifrarte aun en el silencio y Jesús es el mejor amigo que tenemos.

En fin una pequeña reflexión, ahora les dejo una pequeña canción relacionada con el tema, de la Hermana Glenda “Enséñame a Orar”; ya lo se un poco obvio pero ni modo. Espero les guste.